-CELESTIAL EXPULSIÓN-
Padre nuestro que estas siempre tan lejos. Divinizando estoy tu nombre. Dame la clave de tu reino, para que mi voluntad no dude entre el paraíso y el infierno. Si cada noche me dieras un poco de tu pan, se purificarían mis pecados y yo tendría fuerzas para perdonar la sombra de tus ángeles. No me dejes sufrir la tentación, y sálvame de esta batalla. Amén.


















Dedicado a todos los que creen en la libertad del amor y seguimos a nivel personal la esencia de Jesucristo (Amaros los unos a los otros). Y a todos los que hemos tenido el valor de apostatar, por estar en profundo desacuerdo con el mensaje homófobo de la iglesia más rancia.